No soy nada.

Nunca seré nada.

No puedo querer ser nada.

Aparte de eso, tengo en mí todos los sueños del mundo.
F. Pessoa

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lunes

Café

Estoy estrenando el WiFi de café del padre de Carlos, & me pide que lo escriba. Se ha unido Mat Piscator, saca una hoja doblada de la bolsa de su camisa: escribirá algo para nosotros. Entre Carlos & Mat ahora me cuentan, mientras la mujer de Carlos prepara café, lo que es tener obligaciones de padre & de madre. Ésta noche  me ven como a una hija, se huele desde el saludo.

Diálogo de tres fantasmas conmigo:

- & la puta se cortó el cabello- me dice Carlos mientras ve con desdén mi nuevo corte.
- Se ve linda. Aunque estuviéses pelona, estarías linda, ojona. Escribe eso- Mat se hace el buena onda.
- Vos ocupás el interné cuanto quieras, nena, que lo paga su padre- me dice la esposa de Carlos, argentina.
- Anda, dejáte de eso, nos cuida a la niña, no seas mensa. Ocúpalo & ya- Carlos es realista. Cuido a su hija, que me paguen con el interné.
- Le acabás de decir puta, che- Mat remeda a la esposa de Carlos & le espeta lo que acaba de decirme.
- Jajaja. Lo siento, pero no me gusta. Ella era su cabello largo. Hasta que lo tenga como a los trece estaré feliz. En serio- Carlos pocas veces habla en serio.


En algún momento me dijeron el nombre de la esposa de Carlos, pero o lo olvidé o lo estoy cambiando cada que intento hablarle, Clara, Carmen. Carlos le dice "Nena", "Amor".
Hablan muy rápido. No creen que pueda escribir lo que acontece en el café. Pero todos están de buenas & encantados con mi corte de varón. Menos Carlos. 

Salú, vos.







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