CUISH

Las paredes & la cama & posiblemente mi camisa

Al salir de clases invité un cigarro a la maestra de literatura, luego salí a comprarme un vaso de agua fresca, luego me pasee por la librería que está en la planta baja del teatro, justamente al cruzar la calle de la escuela: ir a ver libros & comprar el más barato, una revista o un poemario de esos pequeños; de todas formas cualquier cosa es ya cara por el simple hecho de estar ahí. & lo compro. Digo que no quiero bolsa, gracias, & lo guardo en la mochila. 
Qué hacer ahora? Caminar? Hace mucho calor, el sol está donde debe estar & desde donde las sombras se pierden en los propios pasos; sentarme a leer mi nueva adquisición estaría bien, pero los mortales que andan chupando sangre por las calles no me inspiran confianza, como siempre: debo buscar un lugar adecuado.


Caminé muchas cuadras después de todo, pasé el centro de salud de no sé dónde, alguna colonia, luego una peluquería que se llama "Poema", lo que me sacó una sonrisa que aún está dormida en mi cara; pasé por un hotel que tenía el letrero: "$80.00 la hora" & pedí un cuarto, no lo pensé dos veces.
Quizá el chico de la entrada espera ver llegar a algún chico o chica en cualquier momento, pero oh sorpresa al esperar una hora & sólo escuchar el golpeteo desesperado del teclado de la laptop. Leí un rato, la lectura detonó una historia & la historia un par de versos, escribí eso & ésto, volví a leer, encendí un tabaco, dí un par de vueltas en la cama; el cuarto es pequeño pero cómodo. El color de las paredes me agrada, combina con la colcha de cama & conmigo en ella, además. Por ochenta pesos la hora, está genial, vendré más seguido, pienso. Claro, cada que tenga ochenta pesos disponibles & un librillo nuevo o algún texto que trabajar, vendré, seguro.




*Desde el hotel, escuchando el mundo que afuera se quema.
(Qué miedo)